Para disfrutar de una buena salud bucodental es necesario cepillarse los dientes al menos dos veces al día con una pasta dental fluorada, especialmente después de las comidas, y visitar al odontólogo u odontóloga, como mínimo, una vez al año. Aparte de adquirir estos dos hábitos, hay otras medidas que pueden ayudar a mantener una boca y unos dientes saludables.
Cepillar los dientes de forma regular, cada día, es muy importante para eliminar la placa bacteriana que se deposita en los dientes y prevenir enfermedades periodontales. Una mala higiene bucodental no solo se asocia a problemas en la cavidad bucal sino también a otros problemas en el organismo producidos por la entrada de bacterias a través de la boca.
Para asegurar una buena higiene bucodental debes seguir estos consejos:
- Cepíllate los dientes y encías cada día, después de las comidas, tres veces al día. Los alimentos que se acumulan en la boca pueden variar el pH de la saliva, necesario para evitar la acumulación de sarro y la desmineralización del esmalte.
- Elige el cepillo y pasta de dientes adecuado. Para elegir el tipo de cepillo dental que más te conviene puedes consultarnos en la farmacia, te aconsejaremos qué te conviene más en función de tus características, y del tipo de pasta de dientes más adecuado para tu boca.
- Usa hilo dental para eliminar los alimentos acumulados entre los dientes. No es necesario que lo uses después de cada comida, pero al menos una vez al día es indispensable o cuando notes que algo se ha acumulado entre dientes.
- Utiliza los cepillos interdentales si el espacio que queda entre los dientes es amplio. Los cepillos interdentales son de gran ayuda para limpiar entre los alambres de la ortodoncia o por debajo de los puentes.
- Usa colutorio cuando te acabes de cepillar los dientes. El colutorio puede ser un gran aliado para tener un aliento agradable o para ayudar en la prevención o tratamiento de alguna enfermedad periodontal. Recuerda que es un complemento del cepillado y que nunca podrá sustituir la limpieza dental.
- Si no puedes lavarte los dientes después de comer, come alimentos crujientes (fruta o verdura) o mastica un chicle. Masticar un chicle favorece el efecto arrastre y aumenta la producción de saliva. Durante el proceso de mascado se estimula la producción de bicarbonato sódico en la saliva, por lo que se neutralizan los ácidos y se favorece la mineralización de los dientes. Sin embargo, este recurso se puede utilizar en situaciones puntuales y no hay que utilizarlo como sustituto de una buena higiene bucodental diaria.
- Cambia tu cepillo de dientes cada 3 o 4 meses y el cepillo interdental cada 4 o 5 días, o bien cuando las púas estén desgastadas o deformadas. Es importante renovar el cepillo de dientes, ya que las bacterias pueden acumularse entre los filamentos.
- Visita a tu dentista 1 o 2 veces al año y haz una limpieza cada año. Tu dentista podrá comprobar el estado de tu boca y así prevenir enfermedades periodontales.
No olvides cepillar diariamente los dientes y hacerlo de forma correcta para evitar la proliferación de caries. ¡Una buena salud bucodental es importante no solo para tu boca sino para tu organismo!