Diferentes situaciones pueden conllevar un aumento de la caída del cabello y pueden afectar directamente a la distribución, evolución y reversibilidad del proceso: cambios hormonales, afecciones médicas, el envejecimiento, factores genéticos, ciertos medicamentos, el posparto, la mala circulación, las enfermedades cutáneas, el estrés, las enfermedades tiroideas... ¿Te cae el cabello en exceso? ¡No eres el único! Millones de personas sufren la caída del cabello o problemas de cabellos finos y desvitalizados. A continuación te mostramos los tipos más frecuentes de caída del cabello y cómo ponerle freno!
- Los efluvios
Son caídas de cabello generalmente difusas y se producen cuando la caída del cabello es repentina. Normalmente son resultado del uso de la quimioterapia para el tratamiento de cáncer, las alteraciones hormonales, los déficits proteicos, los vitamínicos, los de hierro... Sin embargo, también puede suceder cuando se sufre estrés emocional o físico, después del parto, de un episodio febril u otros procesos infecciosos.
- Las alopecias:
Se producen a causa de un proceso que afecta directamente al cuero cabelludo y pueden ser androgénicas (calvicie común de distribución determinada) o areata (calvicie producida por la infección por hongos, como resultado de procesos autoinmunes u otras enfermedades de la piel. Estas últimas se manifiestan en forma de manchas y no tienen una distribución específica.
De entre estos tipos de alopecia, la que se considera hereditaria y la que es más frecuente es la androgenética. ¿Conoces cuál es la causa de la caída capilar que sufres? La identificación de la raíz del problema es el primer paso para poder tratarlo y el tratamiento más eficaz: evitar la causa bajo supervisión de especialistas. En la mayoría de casos, la caída de cabello es reversible y no se requiere un tratamiento médico específico, pero aún así, es importante que te informes y busques asesoramiento sanitario en caso de sufrir un exceso de caída del cabello.
¿Cómo saber si te cae el cabello en exceso?
En primer lugar, debes saber que el pelo tiene un crecimiento cíclico, denominado ciclo piloso. Cada folículo tiene su propio ciclo independiente que se divide en tres etapas:
- Fase anágena: el cabello nace y crece durante unos 3 años de media.
- Fase catágena: es una fase de transición. Se extiende unas 3 semanas, durante las cuales el crecimiento se detiene.
- Fase telógena: es la fase de descanso y de caída del cabello. Dura unos 3 meses y se identifica porque la raíz toma un aspecto de cerilla y permanece insertado en el folículo.
Lo más habitual es que el cabello cuente con un 85% de cabellos en fase anágena, un 1% en fase catágena y un 14% en fase telógena. Sin embargo, hay factores externos que pueden alterar estos ciclos e incrementar su caída. Si detectas que estos porcentajes están alterados, es recomendable acudir a la farmacia, donde podremos ayudarte a detectar si tu caída de pelo es motivo de alarma o, por el contrario, se encuentra dentro de los estándares estacionales.
Nutrir el cabello desde dentro
Una buena alimentación que asegure la ingesta necesaria de nutrientes es imprescindible para remediar la caída del cabello. El polen, la levadura de cerveza, los germinados de alfalfa, la ortiga, la espirulina, la chlorella o la remolacha pueden ser grandes aliados nutricionales para fortalecerlos.
El cabello, así como la piel, las uñas, los cartílagos y los huesos, contienen tejido conjuntivo formado por una proteína que actúa como protector de nuestro organismo. Este tejido permite la entrada de nutrientes a las células y la eliminación de toxinas. Cuando hay una mala calidad de tejido conjuntivo las células no trabajan eficientemente, por lo que acumulan toxinas y no tienen suficientes nutrientes, lo que favorece en gran medida la caída del cabello. Así pues, ¿cómo mantener el cabello saludable? Nutrientes como el silicio, que ayuda a la producción natural de colágeno y queratina, la vitamina C, el hierro, el zinc, los antioxidantes, las vitaminas del grupo B y aminoácidos como la L-prolina, la L-cisteína y la L-metionina pueden revertir los efectos de la caída del cabello y reforzarlo.
Además, hay que tener presente que la piel, el cabello y el sistema nervioso están íntimamente relacionados desde el momento en que se forma el feto, por este motivo, las emociones y los sentimientos se ven reflejados en la piel y el cuero cabelludo. Por lo tanto, es fundamental aportar alimentos ricos en vitaminas del grupo B y también el DHA (omega-3), que favorece el equilibrio psicoemocional y es un potente antioxidante cerebral. De entre las vitaminas del grupo B, la B5 es la más indicada para minimizar la caída del cabello. Esta vitamina se puede encontrar en los cereales integrales, las legumbres, la levadura de cerveza, las semillas de girasol, las nueces...
¿Estás decidid@ a fortalecer el pelo? Recuerda nutrir el sistema nervioso y tomar alimentos que fortalezcan el tejido conjuntivo y favorezcan la desintoxicación. En la farmacia encontrarás el complemento ideal para combatir la caída del cabello. ¡Pregúntanos al mostrador y te asesoraremos! ¡Vamos